Juan Manuel Escudero: cuando una decisión marca una vida
Juan Manuel Escudero Baztán
(Pamplona, 10 de junio de 1970) me recibe con una sonrisa de
disculpa. “Me ha surgido un imprevisto y tengo que enviar un mail.
Será solo un momento, perdona”, me dice. Y lo le excuso, como es
natural. Estar ocupado las 24 horas del día es parte de ser
investigador. Mientras, aprovecho para observar su despacho. Es
sorprendente cómo en un lugar tan pequeño pueda haber tantos
libros. Cubren cada centímetro de pared, se apilan sobre la mesa y
cuando Escudero se gira en su silla para finalmente atenderme, le
separa de mi una auténtica barrera de obras cuidadosamente colocadas
al borde del escritorio. Pero lo que más sorprende, es que todos los
títulos tienen algo en común: el Siglo de Oro de la literatura
española. No en vano, es responsable de las Comedias de Calderón
dentro del GRISO, el Grupo de Investigación del Siglo de Oro de la
Universidad de Navarra, una entidad fundada en 1990 por Ignacio
Arellano y que cuenta con cierto peso dentro de este ámbito de
estudio.
Al poco de comenzar a hablar con
él, me doy cuenta de la suerte que tengo de tenerlo delante rodeado
de tanto papel aurisecular. “En realidad, cuando empecé la
universidad, no pensé en dedicarme a la filología. Me encantaba,
pero creía que debía hacer algo más serio. Así que comencé
derecho, pero no tardé ni un semestre en darme cuenta de que me
aburría”, confiesa riendo. Una rectificación a tiempo, por
fortuna, porque no son pocas las contribuciones de Escudero a su
campo.
Graduado por la Universidad de
Navarra en el año 1993, obtuvo una beca para realizar un máster en
Artes en Canadá, en la Universidad de Otawa, donde tuvo la oportunidad de comenzar a investigar. No obstante, regresó a
su Pamplona natal para doctorarse 'cum laude'. “Siempre tuve claro
que quería investigar, pero Ignacio Arellano es realmente quien
tiene la culpa de que haya llegado hasta aquí. Me ofreció la
oportunidad de realizar la tesis con él y por ello acabé
dedicándome al Siglo de Oro, que es un periodo apasionante y muy
productivo”, explica. Como investigador ha publicado catorce
monografías y ediciones críticas, además de obras conjuntas con
otros profesionales, varios artículos en revistas especializadas y
reseñas. También es subdirector de la revista académica Anuario
Calderoniano (ACAL),
una publicación dedicada monográficamente al estudio de la vida y obra de este autor que está muy reconocida en todo el mundo y que cuenta con el
sello de calidad del Gobierno de España. Sin embargo, su actividad a
lo largo de los años se ha ido complementado con sus ponencias en
congresos y seminarios tanto a nivel nacional como internacional,
como los que ha participado en los últimos meses: uno en Nueva
Deli, otro en Amsterdam y otro en Varsovia.
No obstante, los viajes a los que
le obligan los congresos son uno de los inconvenientes de ser
investigador, según Escudero. “Tienen una parte buena, pero
también se hace duro estar fuera de casa tan a menudo, sobre todo
cuando tienes hijos pequeños”, afirma. Otra de las desventajas,
según él, es la dificultad que tiene su trabajo para desconectar.
“No es un trabajo normal, en el que cuando acabas tus ocho horas,
sabes que ya has terminado. Cuando investigas, el trabajo te absorbe,
porque siempre hay algo más que hacer, y si no tienes cuidado,
tienes el peligro de obsesionarte”. A pesar de ello, reconoce que
la vida del investigador da la oportunidad de poder trabajar sobre
“aquello que te apasiona”, teniendo libertad de actuación y
pudiendo adaptar los horarios laborales según las propias
necesidades. Para él, la investigación es un trabajo creativo, muy
parecido a contar una historia, a escribir una novela, y que le
proporciona una gran satisfacción.
Recostado en la silla de su
despacho, Escudero se queda pensativo y sonriente ante mi última
pregunta. “¿Un reconocimiento a mi trabajo que haya sido
especialmente importante para mí? Probablemente, el reconocimiento
que más ilusión me ha hecho fue cuando, tras presentar mi tesis
doctoral, recibí una carta escrita por Fernando Lázaro Carreter
felicitándome por mi estudio. Siendo yo tan joven, fue todo un
honor”, recuerda orgulloso. Y no es para menos, cuando Lázaro
Carreter es una eminencia en el mundo de las Letras y el director de
la Real Academia de la Lengua entre 1991 y 1998.
Actualmente, Juan Manuel Escudero
se encuentra realizando una edición de los autos sacramentales de
Lope de Vega encargada por el Ministerio y para la cual ha recibido
una subvención. “Es un tema interesante, aunque la verdad es que
la calidad de estas obras de Lope de Vega no siempre es tan buena
como a lo que estamos acostumbrados. Por ello, hay veces en las que
disfruto mucho del encargo, y otras en las que no tanto. Pero al
final, si trabajas para otros, debes adaptarte a lo que te piden”,
explica.
Respecto al futuro de la investigación de la Literatura, Escudero considera que aún queda mucho por hacer. "Vivimos en un mundo en el que estamos asistiendo al divorcio entre las letras y la sociedad. Pero, concretamente la literatura del Siglo de Oro es un pozo sin fondo de posibilidades, y todavía quedan por estudiar muchas obras con las que nadie se ha atrevido todavía". Una perspectiva alagüeña en un contexto en el que, definitivamente, parece que las Humanidades están de capa caída.